La depresión es un trastorno mental grave que afecta a una gran cantidad de personas en todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que más de 300 millones de personas en todo el mundo sufren de depresión, lo que representa una tasa global de prevalencia del 4,4%. Además, la depresión es más frecuente en adultos mayores de 60 años, afectando a un 5,7% de ellos.
La causa exacta de la depresión no se conoce, aunque se cree que una combinación de factores genéticos, biológicos, ambientales y psicológicos puede contribuir a su desarrollo. Algunos factores que pueden aumentar la probabilidad de que una persona se deprima incluyen antecedentes familiares de depresión, eventos traumáticos o estresantes, cambios significativos en la vida, problemas médicos y el uso de ciertos medicamentos.
Es importante destacar que la depresión no solo afecta a los adultos, sino también a los niños y adolescentes. Los síntomas de la depresión en los niños pueden incluir tristeza, irritabilidad, apego, preocupación, dolores, negarse a ir a la escuela o bajo peso. Por otro lado, los adolescentes pueden experimentar tristeza, irritabilidad, sentimientos negativos e inútiles, ira, bajo rendimiento escolar, consumo de drogas o alcohol, autolesión y aislamiento social.
Es fundamental que las personas que experimentan síntomas de depresión busquen ayuda profesional, especialmente en países donde la depresión a menudo no se diagnostica correctamente. El tratamiento adecuado, que puede incluir terapia, medicamentos o una combinación de ambos, puede ayudar a las personas a manejar sus síntomas y llevar una vida plena y saludable.
¿Estás buscando opciones de tratamiento para la depresión?
La buena noticia es que hay muchas opciones efectivas disponibles, desde medicamentos hasta psicoterapia. Si bien los medicamentos pueden ser prescritos por tu médico de cabecera o psiquiatra, también hay muchos beneficios en buscar ayuda de un psiquiatra, psicólogo o profesional de salud mental.
Si tu depresión es grave, es posible que necesites un tratamiento hospitalario o un programa de tratamiento para pacientes ambulatorios. Hay muchos tipos de antidepresivos disponibles, desde inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina hasta antidepresivos atípicos, pero es importante conversar con tu médico sobre los efectos secundarios más importantes y jamás automedicarse.
Encontrar el medicamento adecuado puede llevar tiempo, pero no te desanimes. Es posible que tengas que probar varios medicamentos o una combinación de estos hasta encontrar el que te sirva. Y recuerda, no suspendas la toma de un antidepresivo sin hablarlo antes con el médico, ya que puede provocar síntomas parecidos a la abstinencia y empeorar la depresión.
La psicoterapia, también conocida como terapia de conversación o terapia psicológica, es un tratamiento efectivo para la depresión. Hay diferentes tipos de psicoterapia que pueden ayudarte a identificar y cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento negativos que contribuyen a tu depresión.
Con la ayuda de un profesional de salud mental, la psicoterapia puede ayudarte a adaptarte a las crisis, mejorar tus relaciones personales, encontrar mejores modos de resolver problemas y recuperar el control de tu vida. Además, puede ayudarte a aliviar los síntomas de la depresión, como la desesperanza y el enojo, y a desarrollar la capacidad de tolerar y aceptar la angustia mediante comportamientos más saludables.
La terapia cognitiva conductual y la terapia interpersonal son solo dos de los tipos de psicoterapia que pueden ser efectivos para tratar la depresión. Habla con un profesional de salud mental para encontrar la mejor opción de tratamiento para ti. La psicoterapia puede ser el primer paso para salir de la oscuridad de la depresión y comenzar a vivir una vida más saludable y feliz.
¿Sabías que seguir ciertos hábitos de vida saludables puede ayudar a prevenir o disminuir los síntomas de depresión?
Por eso es importante conocer algunas medidas que podemos tomar para prevenir o disminuir su impacto en nuestra vida diaria.
Evita la soledad: Aunque la soledad es una experiencia humana común, puede convertirse en un problema si se convierte en una constante. Para evitarlo, es importante tener una red de apoyo social. Puedes conectarte con amigos, familiares o participar en actividades que te interesen. Si no tienes una red de apoyo, puedes buscar grupos de interés en línea o en tu comunidad.
Haz ejercicio físico: El ejercicio no solo es beneficioso para nuestra salud física, también tiene efectos positivos en nuestra salud mental. Realizar actividad física de forma regular nos ayuda a liberar endorfinas, reducir el estrés y mejorar nuestro estado de ánimo.
Mantén la mente activa: La mente también necesita entrenamiento para mantenerse saludable. Realizar actividades que estimulen el cerebro, como aprender cosas nuevas, leer, escribir o resolver acertijos, pueden ayudarnos a mantener nuestra mente en forma.
Lleva una dieta equilibrada: La alimentación es importante para nuestro bienestar general, incluyendo nuestra salud mental. Consumir alimentos ricos en vitaminas y nutrientes, como frutas, verduras, pescado y grasas saludables, puede tener un impacto positivo en nuestro estado de ánimo y reducir el riesgo de depresión.
Establece rutinas y prepárate para los cambios: El cambio puede ser difícil para cualquiera, pero si lo preparamos con anticipación, puede ser más fácil de manejar. Es importante tener rutinas que nos den estabilidad y, a la vez, estar preparados para los cambios que puedan surgir en nuestra vida.
Por último, pero no por ello menos importante, ¡no te olvides de reír! La risa es una de las mejores formas de reducir el estrés, mejorar nuestro estado de ánimo y conectarnos con los demás.
Fuentes:
-Organización Mundial de la Salud. (2022). Depression.