La metodología AMAR te invita a hacer precisamente eso. En lugar de dictar consejos de crianza, se trata de entender las emociones y necesidades de tus hijos para poder comprender su mundo y cuidarlos de manera adecuada. La metodología A.M.A.R. se enfoca en el papel fundamental de los adultos en el fomento de la seguridad y confianza emocional en los niños. Se trata de un estado mental y emocional que implica considerar y comprender la perspectiva del niño, lo cual permite al adulto respetar y validar sus experiencias, necesidades, intereses y reacciones, fortaleciendo así el vínculo entre ambos.
La metodología AMAR se basa en el cuidado respetuoso, emocionalmente sensible y seguro de los niños, mediante la potenciación de las habilidades de los cuidadores, padres, programas educativos y áreas más específicas. En una crianza respetuosa, el valor de la proximidad, presencia y acompañamiento emocional es fundamental para el comportamiento del niño.
La metodología AMAR busca brindar seguridad y protección a través del desarrollo de cuatro capacidades en los adultos: la atención, la mentalización, la automentalización y la regulación.
- ATENCIÓN implica reconocer las particularidades del niño y cómo éste expresa su estrés, lo que implica conocer su temperamento para anticipar sus reacciones a ciertos acontecimientos. Es importante que la atención sea respetuosa y considerada hacia la individualidad del niño, ya que cada uno tiene su propia manera de actuar y reaccionar.
- MENTALIZACIÓN se refiere a la capacidad cognitiva del adulto de comprender los pensamientos, sentimientos y necesidades del niño en situaciones de estrés. Es esencial para el desarrollo emocional y relacional saludable del niño.
- AUTOMENTALIZACIÓN es la capacidad de los adultos de conectarse con ellos mismos y reflexionar sobre sus propias emociones y reacciones ante el comportamiento de los niños. Por ejemplo, preguntarse «¿Qué me está pasando a mí cuando mi hijo no para de llorar?» o «¿Por qué me enoja cuando mi hija se pone agresiva y no cuando lo hace mi hijo?» Esta habilidad es importante para no proyectar las propias emociones negativas en los niños.
- REGULACIÓN se refiere a la capacidad de los adultos de aplicar estrategias de cuidado para ayudar a reducir el estrés de los niños y aumentar su sensación de seguridad y disposición emocional hacia los adultos.
Para lograr el anhelado cuidado respetuoso emocionalmente sensible ( C.R.E.S.E) es necesario considerar cuatro principios fundamentales:
- Tener en mente la mente del niño/a: ver las cosas desde su punto de vista y entender su mundo emocional.
- No hacer a los niños lo que no nos gustaría que nos hicieran a nosotros: evitar castigos, golpes o gritos y buscar formas más respetuosas de comunicación y disciplina.
- Comprender, aceptar y empatizar con el estrés del niño/a: entender que el rol de los adultos es ayudar a los niños y niñas a regular sus emociones y sentimientos.
- Aprender que el estrés es la forma que tienen los niños y niñas de expresar sus emociones, comunicar su necesidad de apego y así regular y enfrentar la situación.
Fuente:
Lecannelier, F. (2016). A.M.A.R.: Hacia un cuidado respetuoso de apego en la infancia.